Roseta Rodrigo es coach educativa, colabora numerosas veces con Altaviana y nos ayuda a trabajar temas como la autoestima, la gestión de crisis, trabajo en equipo. Hoy nos trae un artículo sobre la autoestima muy interesante y que lleva a la reflexión.

Reflexiones y consejos sobre la autoestima

¿Qué es la autoestima? Si empezamos analizando la propia palabra podemos apreciar que es un término compuesto por “auto” y “estima”, por lo que si buscamos el significado de las mismas sería el cariño o afecto que se siente hacia sí mismo. Sin embargo, la mayoría de las veces cuando solemos hablar de autoestima, suele hacerse en términos negativos, haciendo alusión a una baja autoestima. Lo que conlleva, paradójicamente al sentido contrario de la palabra: quererse poco a sí mismo.

¿Para qué es necesaria la autoestima? Fundamentalmente para tener bienestar y ser feliz. Para no dejar en manos de los demás nuestra felicidad. Para no condicionar mi valía a lo que los demás opinen de mí. Para ser autónomos y no depender de los demás.

¿Cómo identificar una baja autoestima? Las personas con una baja autoestiman piensan que sus éxitos no nos merecidos o que son fruto del azar, de haber tenido suerte. Sus logros se empequeñecen cuando se comparan con otros que han conseguido más. Se interpretan los cumplidos y halagos son suspicacia. No se creen dignos de merecer reconocimiento. Aceptan la crítica como algo esperado por su poca valía personal. Nunca están satisfechos con lo que hacen buscando una perfección que no existe. Son vulnerables a la crítica concediendo mayor credibilidad a los comentarios y juicios de otras personas que a los propios. Tienen miedo al fracaso. No confían en sus capacidades. Una autoestima baja desvirtúa nuestra realidad aumentando los errores y empequeñeciendo los éxitos.

¿Cómo recuperarla? No es una tarea fácil, ni existen las recetas mágicas para conseguirlo. Es resultado del esfuerzo y la constancia para trabajar el concepto que uno tiene sobre sí mismo. Podríamos identificar varios pasos:

  1. Autoconocimiento: es importante partir de la realidad. Saber cuáles son nuestros puntos fuertes y nuestros ámbitos a mejorar.
  2. Acabar con la autocrítica y no permitirse expresiones negativas sobre uno mismo.
  3. Contrarrestar los pensamientos negativos con otros positivos, pero que sean creíbles por uno mismo. No se trata de cambiar un pensamiento negativo por otro positivo, sino de un pensamiento irracional, por otro racional. Objetivar al máximo la verdad de lo que nos estamos diciendo.
  4. No dar valía a todo lo que nos dicen: cada uno de nosotros somos los que legitimamos la crítica dándole valor. La crítica no puede ofender a menos que uno lo permita dando eco no sólo a las palabras que alguien nos ha dicho, sino dándole paso a que invadan nuestros pensamientos y sentimientos.

Debemos tener en cuenta que la autoestima no se forja de lo que nos dicen los demás, sino del autoconcepto que tengamos de nosotros mismos. Hacer depender nuestra autoestima de la opinión de los demás es peligroso y frágil a la hora de construirla máximo si partimos de la premisa universal de que no podemos gustar a todo el mundo. Si buscamos continuamente la aprobación externa de los demás, caemos en una dependencia difícil de desintoxicación y que coarta la libertad para realizar lo que realmente uno cree que debe o quiere hacer.

No es malo contar con la opinión de los demás, pero sí cuando ésta se convierte en el baremo para medir nuestra valía personal. Reforzar la autoestima consiste en aumentar la valía personal ante uno mismo, pero no ante los demás. La autoestima para estar bien debe ser autónoma, no estar sujeta a la opinión externa y recordar que somos valiosos, independientemente de los resultados que obtengamos. Es una decisión interior no basada en la opinión de los demás.

Una persona con una autoestima buena deja de compararse con los demás, y de autojuzgarse continuamente. Se respeta y se ama así misma. Acepta sus cualidades y sus defectos. Y es tolerante consigo misma y con los demás por lo que comprende que ningún juicio es tan importante como el propio para conseguir una autoestima sana.

Cada persona es única e irrepetible, con un valor infinito que toca a cada una descubrir, y sólo desde ese amor hacia lo que uno es, podrá querer y valorar a los demás.

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